jueves, 24 de marzo de 2016

La Prueba Oral

Estaba tirado en la cama, en Besançon, Francia. Participaba en un intercambio escolar con un alumno francés durante un mes. Habíamos llegado a casa hacia apenas una hora y estaba descansado del viaje. Escuchaba música, pensaba en mis cosas... —¡JODER! QUE YA ES MAÑANA —pensé en alto. Supongo que nadie me escuchó. Tenía que hablar durante tres minutos en inglés sobre un tema, en eso consistía la segunda y última prueba para obtener la beca, y yo no tenía escogido ni siquiera el tema del que iba a hablar. Me reí un poco de mí mismo, suelo dejarlo todo para el último instante. —Vamos, vamos, piensa: estás en Francia, puedes hablar del intercambio... No, no me da para tres minutos... ¡Ya se! Los atentados en París. Esto lo controlo y es bastante impactante. —me dije. Cogí papel y bolígrafo y me puse a redactar.

La mañana siguiente fue la primera en el instituto pero había un problema: mi prueba era a las 5 y salía de clase a las 6. La madre de Pierre, mi compañero de intercambio, me vino a buscar a las 4. Acabé de escribir la redacción en una hora de biblioteca que tuve aquella mañana y cuando Bénédicte, la madre, vino a por mi, no sabía ni como iba a empezar a hablar.

En casa, tuve una hora para relajarme, descargar Skype (en el cual falle unas cuantas veces la contraseña) y cómo no: aprenderme el dichoso discurso. Iba a perder la oportunidad más grande que me había dado la vida hasta la fecha por zoquete. Estuve delante del ordenador bastante tiempo desde que se suponía que iba a empezar: algo más de media hora. Se me retorcía el estómago.

"Pi Po Pi Pip, Pi Po Pi Pip" ¡Estaban llamando! Le di al botón de descolgar. En la pantalla aparecieron un hombre y una mujer. Se presentaron, me presenté y me dijeron que empezara. Os mentiría si dijera que me acuerdo de todo. Los nervios me tenían paralizado, sin embargo recité la mitad del texto prácticamente de memoria. Era una día ventoso, y ocurrió lo que más temía: la llamada se cortó. Empecé a sudar. Por suerte pudimos reanudar la conversación. Acabé de hablar, no me había dejado nada.

Después llegaron una serie de preguntas para calibrar nuestra madurez, supongo. Eran algo así como: "¿Eres consciente de que la familia que te puede tocar puede ser afroamericana, homosexual...?" o "¿Que pasa con los amigos que dejarías?" o "¿Tienes facilidad para relacionarte?” Entonces me relaje, esto era fácil. Pude expresar todo lo que pensaba. Al acabar la mujer me dijo: " Lo has hecho muy bien".

La sensación que tuve al colgar la llamada fue algo parecida a la que se tiene cuando llegas de clase con la mochila cargada hasta arriba y la dejas caer al suelo. Me sentia ligero, aunque hasta el 26 de Enero no sabría el resultado...

1 comentario:

  1. Hola, Luismi; este año voy a echar la solicitud y espero ser una de las afotunadas becadas, pero quiero ver mis oportunidades, ¿Me podrías decir tu media de tercero y al renta que tenías (contando hermanos) cuando enviaste la solicitud? Me sería de muchíiiiisima ayuda. Aquí te dejo mi correo: cristtina2001@gmail.com Muchas gracias, y buena suerte en tu aventura!

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